Con tinta indeleble

Que la vida sólo es un papel borrador, y todo pasa.

Pero esas personas, esos momentos, que mínimamente o de modo trascendental cambiaron de alguna forma el curso de nuestra existencia, todo lo que alguna vez nos conmovió el alma queda escrito en lo eterno, con tinta indeleble.

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"No es porque las cosas son díficiles que no nos atrevemos,

es porque no nos atrevemos que las cosas son díficiles"

Como cuando éramos chicos, y nuestro código personal era la inocencia. En estado puro. Los problemas no existían, porque no teníamos la capacidad para inventarlos. Todo era nuevo, arriesgado, todo nos asombraba y nos dejaba boquiabiertos. El mundo entero cabía en un helado. Un beso en la mejilla derrochaba la misma dulzura que una cucharada de miel. Eramos felices con tan poco. Y no importaba cuántos dientes se nos habían caído; seguíamos sonriendo a lo grande y a carcajadas.