Respiros de sueño en campo,
entre hojas de árbol color ámbar.
Y tus ojitos negros atentos,
buscando, observando, descubriendo.
Tus manos ínfimas,
apretando los primeros recuerdos
de tu primer otoño, tu primer mayo,
tus últimos silencios
Tu sonrisa, de caramelos sueltos
y tus meses de inocencia y sencillez
me invitan a seguir creyendo
que vale la pena estar despierto.
Josefina, de risa contagiosa,
De mirada que derrocha
alegría en estado puro,
igual dulzura que la miel
Josefina, de colores rosas
De cosquillas en los pies,
se duerme en canciones
mientras nadie la ve.