Mis mundos de caléndulas


Hoy es jueves de caléndulas,
mis botas amarillas van salpicando las veredas.
Me espera Margarita soñando en el piano,
y una taza vacía con canela entre sus manos.

Y yo, pintada a la antigua
elegí mi vestido de bolados blancos,
me colgué unas trenzas caprichosas
y esperé el azúcar del té, mientras pasaban las horas.

Laissez faire, laissez passer.


Si es que es ésta la era de estar en calma,

De no pintar por afuera de las rayas,
De acostarme a flotar en un mar sin olas
De callar mis palabras, y escuchar mi alma.

Si hablamos entonces de la misma era
sólo espero que me entiendas, me comprendas:
Que no se trata de cerrar las puertas,
Sino de abrirme interiormente y fluir a mi manera.

Carpe Diem


Parpadear.
Correr. Despreocuparme
Tirar el chicle por el ascensor
Reírme hasta que me duela la panza
Sentirme bien
Comer helado
Caerme de la bici
Que me des un beso en el medio de la boca
Dormir siesta
Un nesquik a las 5 de la tarde
Los mails de Larita
Estar con vos ( no importa cuándo ni dónde)
Los llamados de amigas antes de dormirme
Nadar de espaldas
Estar de buen humor a las 7 de la mañana
Empezar un libro
Los casamientos
Escribir a la madrugada
Leer el pronóstico del tiempo
Bailar
El agua fría en la cara
Las sorpresas
Pensar en el verano
Cantar con la musica al mango
Ver caer el sol.
Calíope.
Llamadas perdidas tuyas
Abrazar a Felipe
Respirar
El crujido de las hojas de los ároboles en mis pies
El perfume de los jazmines
Antonia
Las burbujas del shampoo cuando me baño
El sol.

En cada uno.



Todo pasa. Y todo llega. "Confiar también te hará feliz" me dijo un día ese rosarino en una canción. Cerrar los ojos durante un año entero y despertarte con todo eso que alguna vez creíste que estaba tan lejos. Porque es así, todo eso que imaginamos, todo lo que tiene un comienzo en nuestra cabeza, en nuestra imaginación, es una proyección de lo que va a pasar tarde o temprano en nuestra vida real. Todo llega, sólo hay que creer a ciegas. Siempre.