Todavía no puedo hacerme la idea de que no voy a vivir para siempre. Que hoy a la mañana escuché la música del despertador y abrí los ojos. Y podía ser la última vez. Que esto que llamamos vida tiene gusto efímero. Que las tostadas con manteca y dulce de frutilla. Y el árbol de la plaza de Vicente López. Y las gotas de agua en el pasto recién cortado. Todavía no entiendo cómo el corazón puede dejar de latir de un segundo a otro. Que el aire en los pulmones sea tan frío que duela. Que la sonrisa se vuelva una foto en blanco y negro. Y que nunca más. Todavía me hacen falta esas personas que despegaron los pies de la tierra. Es que todo pasa por ese momento en el que el tiempo deja de existir cuando ya no hay tiempo de seguir respirando. Que las luces de una noche nos despiden. De todas las noches. Que estamos de paso y no hay después. Que lo que importa es haber amado.
Yo también tengo un tema con la muerte. Justo esta mañana pase por esa plaza, pensé lo mismo, wow. Qué buena manera de narrar esa sensación que siento tal y como vos la sentís!
ResponderEliminarHola Sof!!!! "lo que importa es haber amado...", hay vida después de la muerte!
ResponderEliminarUn beso grandee!
Maru
Lo importante de la muerte es..."la vida"
ResponderEliminarSi quisiera hacerte un comentario de este escrito,no me alcanzaría este espacio....mejor:tomamos un cafecito?Malala