A mi manera


Estoy acostada en mi cama con el sol de domingo espiándome por la ventana y la noche anterior desparramada por el piso, entre el encaje color crudo con lunares de vino blanco, los tacos gastados, los mensajes inconclusos y el registro del auto a 180 apretado en la mano. Quiero levantarme de un salto, pero todavía escucho los restos de tu voz. Me divierte, aunque prefiero Matt White en el ipod, y cambiarte por "Love", mientras me río de mi ojos desalineados y tus escenas de amor entrecortado. Son las 12 y cuarto y tengo algo de Ilsa Lund en Casablanca y otro poco de Penélope Cruz en Alta Sociedad, sin prejuicios, sin culpas, sin corpiño, sin edad. Es que me sienta bien el maquillaje de muchos personajes, dependiendo de mi humor, aunque siempre juego a ser yo disfrutando de mis errores más que mis canciones.
Así aprendo a vivir a mi manera, al límite entre metidas de pata, en sueños, a las corridas, desorientada pero sin miedos, desbordando las ganas de abrir los ojos cada mañana.

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