Listen to your (he)art

De las personas que más admiro, los artistas. Porque en el arte es por donde realmente pasa la vida. Una vez leí que el mundo está como está, que la gente está triste y vive con miedo porque, el que tendría que haber sido músico es contador, el que tendría que haber sido escritor es banquero, y el que tendría que haber sido actor es médico. 

Si uno retrocediera bastantes años y volviera a estar en la piel de ese loco bajito de cinco o seis años o en los vestidos de princesas o en los castillos y pozos en la arena, si uno volviera con la memoria a esas épocas seguramente encontraríamos otras respuestas. Distintas a las de ahora, pero serían respuestas puras, sin la influencia de ninguna otra persona. Y hoy estaría por recibirse una veterinaria apasionada, o una enfermera con un pasaje a Africa, o estaría comprando un cuadro de alguna amiga famosa lleno de colores y de flores en alguna galería de Buenos Aires o de París, nunca se puede predecir.

Parece fácil, pero al momento de tomar decisiones de repente nos golpean demasiadas presiones. Vivimos en un mundo de seguridades de todo tipo: económicas, amorosas, sociales, estructurales, empresariales, funerarias, bancarias. Es difícil escuchar la propia voz cuando hay tanto ruido y tantas exigencias sociales a nuestro alrededor. Es difícil arriesgarse sin agarrarse de la mano de alguna de todas esas seguridades. Todavía no sé como se hace, sino no estaría filosofando acá sentada, ni cursando el último año de mi carrera para recibirme de abogada. 

Pero lo que sí sé es que una carrera no es ninguna garantía asegurada; el éxito es una consecuencia de nuestras metas y no una receta predeterminada. En vez de contar los días para ese día en el que esté recibida, en el que haga las valijas y comience en algún país de Europa un posgrado o una maestría, prefiero hacer valer el transcurso de esos días, disfrutar el camino, sin apuro y a mi ritmo, dejar espacios vacíos para dar lugar a lo desconocido, y mientras tanto seguir bailando porque nunca sabemos hasta cuándo vamos a poder seguir festejando.

Hay millones de cosas que perdemos por miedo a perder. Hay miles de proyectos, cientos de ideas, montones de ganas que se van quedando en el camino también, sólo por no arriesgarnos un poco más o por no creer. Las ideas más locas y desequilibradas son las más acertadas; hay que darles la importancia que haga falta y darles forma, sin descartarlas ni dejar que pasen los años y se pierdan en la nada.

Creo que la felicidad tiene muchas formas y direcciones. Depende de cada uno poder equilibrarla con nuestras verdaderas pasiones, poder discernir nuestras voces internas y exteriores, y saber elegir, o mejor dicho, animarnos a elegir, la verdad que cada uno lleva adentro suyo y que lo hace feliz, por encima de todas las seguridades, por encima de todas las comodidades y sobre cualquier otra de las infinitas posibilidades.  

Creo que sólo se trata de ser sinceros con nosotros mismos, y permitirnos ese momento, el que nos invita un músico jamaiquino con su pensamiento: "Abrí los ojos, mirá hacia adentro. ¿Estás satisfecho con la vida que estás viviendo?"

6 comentarios:

  1. Qué verdad en todo esto!!!!Cada escrito madura de la mano del tiempo,la sensibilidad y el equilibrio.Me encantó!!!!Te felicito.Malaleich

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  2. Que cierto Sof!...si pudiéramos hablar más con nosotros mismos y dejáramos de tenerle miedo al cambio..
    Anita

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  3. Me gustó mucho.
    Black

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  4. March 11 at 9:31am

    Me encanto! muy cierto
    Pili Gomez Dela Fuente

    March 11 at 10:03am

    y una vez más me encantó
    Natu Striewski

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