Me da fiaca leer el diario. Espero mi número en Freddo para el helado, en ojotas y un short de jean ajustado, y al lado mío una chica toma un café, con bufanda y medias de lana en los pies.Pruebo cosas que nunca probé. Me crecieron un poco las lolas, no se por qué. Viene a comer a casa el ex novio de mi hermana mientras ella está de viaje por Europa y Africa. Le digo a papá que el dolor que siente en el esternón se llama síndrome del nido vacío. Se lo digo en serio, pero él se ríe y se lo toma como algo que no tiene sentido. Tengo el mismo esmalte en las uñas de las manos y los pies hace más de un mes, y está intacto. Mujeres, ver para creer. Me quedo un domingo entero traduciendo fallos de derecho en inglés y en francés. Ya no pienso más en él. Felipe hace pis arriba de mi cama. Mi amiga le dice a su novio de hace tres años que ya no lo ama. Me llama mi abuela de Grecia y me cuenta un secreto que pretende me acuerde el día de mi casamiento. Día por medio tengo el mismo sueño. Devoro las uvas cada media hora. Me llama Federico a las siete de la mañana para ir a desayunar a Mc Donalds. El crédito del celular me dura, como mucho, una semana. Me llega una caja con regalos de mi hermana y una carta con fecha de enero y firmada en Alemania. Anita Ibarra me saca la contractura del cuello que tenía desde hacía tres años, sólo con un movimiento en seco que le enseñó su profesor de yoga, Ernesto no se cuánto. Me voy dos días al campo y vuelvo como si me hubiese tomado un mes entero de descanso. Tomo un sorbo de Coca a escondidas, en el cine, después de diez años de no haber tomado ni una gota. Le ruego a mi prima que quede entre nosotras. Mi jefe me pregunta por segunda vez si estoy enamorada. Desapareció la mariposa muerta que dormía en la mesa de luz al lado de mi cama. El portero de casa se enoja porque me ayuda a estacionar el auto en el garage y me lleva varias maniobras. En la clase de francés me concentro más en el compañero nuevo que en el repaso del passé composé. Una de mis mejores amigas se confunde de número y le manda el mensaje a su jefa contándole que le pican sus partes íntimas. Voy a comer con mis amigas a Las Cañitas y me quedo dormida. En Juncal y Libertad me piropean gritándome "Diosa, no querés ofrecerte para que nos cancelen la deuda externa, sos hermosa". Quiero contárselo al Chueco, pero para variar no tengo crédito. Llego puntual todos los días a las clases de mi facultad. Voy a la veterinaria para averiguar cuánto viven los conejos y si podrían llevarse bien con mi perro. Me mandan un mensaje de levante de un número desconocido y firman "anónimo". Encuentro una caja de hace años con fotos y cartas, y lloro. Adentro de la caja también hay un pedazo de chocolate y así como está, me lo como. Le doy mis tarjetas de crédito a papá y le prohíbo que me las devuelva así puedo ahorrar más. Perdí mi bombacha preferida. Me escondo de una persona que está parada en la esquina de mi oficina. En el boliche invento que me llamo Felicitas y cuando me piden el número les paso el de alguna amiga.
a) me encontre ;)
ResponderEliminarb) asco lo del chocolate
C) la bombachita la dejaste en casa jajajaj
tu primaaaaaaa
Todo suena tan natural, tan realmente normal en una chica de tu edad.
ResponderEliminarNada me asombra...salvo que tu vida sea tan, tan , pero tan diferente a lo que fue la mia , a tu misma edad.
Y eso que la genetica dice que descendemos del mismo bisabuelo.
La caja vieja con fotos y cartas, eso siii, nos hizo llorar a las dos.
Besos Sofi....
soy tu biggest fan jaj
ResponderEliminarNatu Striewski