El asado al diván



Provoleta a la parrilla. Papas al plomo. Chorizo al pan. Mollejitas. Bife de chorizo. Vacío. Matambrito. Costilla de cerdo. Bondiola. Lomito. Asado de tira. 

Qué bueno que nunca se me cruzó por la cabeza ser vegetariana. (Mentira)

Una vez sí lo pensé, sólo porque me daban lástima los animales cuando eran bebés. Y porque me imaginaba que la yema del huevo era un pollito deforme, y me daba lástima comerlo, pobre. Y en el sur, cuando papá pedía carne de ciervo... no podía ni verlo. Me enojaba y le rogaba que se comiera sólo la ensalada. También cuado comí por primera vez conejo dije que era la última vez que comía carne, en serio. Pero siempre fue más fuerte que yo, y no pude serle fiel solamente a las verduras y al arroz. Hablemos de todos esos animales cuya tumba es la parrilla.Hablemos de los terneritos, de las vacas, de los chanchitos, de las cabras. Hablemos de los protagonistas a la leña o a las brasas durante el asado en familia. Porque cada vez que pispeo la parrilla no puedo evitar imaginarme la vida de esos cortes de carne . Es siniestro, ya lo sé. Pero pienso, por ejemplo, si habrá llorado el ternero en el minuto antes de estar muerto, o si al chancho le dolían las costillitas o el pechito cuando lo estaban eligiendo. O si al cordero le lastimaron las patitas cuando lo ataron, y por ahí tenía novia y tuvo que decirle que ella corra, que se salve sola. "Sofía, ¿qué te pasa? Tenés cara de haber visto un fantasma". Y como no me gusta que indaguen entre mis pensamientos sueltos, sonrío, cambio la cara de miedo y me preparo un choripán antes que los demás. Total nadie me está viendo, y además tengo prioridad; soy la única que devora el asado con un poco de piedad por el reino animal.

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